Somos semillas de Diosas…
Somos semillas de Diosas…
La evolución espiritual del Ser Humano… y en este caso de nosotras las mujeres… no depende de nadie… sino de cada una de nuestras voluntades… de nuestra necesidad de expresar la voz de nuestra Alma… de Ser desde nuestra esencia… más allá de las máscaras que nos ponemos para protegernos de los demás…
No existen maestros, gurúes, ni profetas que puedan recorrer por nosotras el camino que está debajo de nuestros pies… porque cada camino es diferente… y cada una debe recorrer el suyo propio… el que su Alma le dicte…
Y esta paradoja es la que nos confundió muchas veces… tantos interrogantes que nos iban surgiendo en el camino, nos iban llevando a buscar las respuestas en los labios de los otros…
Y así entregamos nuestro tan valioso Poder Espiritual a otros… muchas veces con la convicción de que eran mejores que nosotras… más sabios… más preparados… o simplemente creyendo que esos “maestros” tenían una línea directa con los reinos espirituales… para los cuales nosotras ni siquiera teníamos un boleto…
Pero nadie puede aprender por nosotras… nadie puede escuchar por nosotras… y sos vos quien tiene la capacidad de acceder al conocimiento más profundo… simplemente sintonizando con la voz que te guiará en el camino… la voz de tu corazón… que expresa la verdad de tu propia esencia… la verdad de tu Alma…
El mensaje no es nuevo… las señales que te guían el camino son muchas… y llega a tu Alma de las formas más diversas… con la eterna esperanza de que lo llegues a captar… y que en alguno de esos intentos entre en tu vida como un Sol que por fin comience a nutrir tus semillas… que toda la vida han estado esperando por ese momento mágico… una fuerza que las active… y que las estimule a crecer en toda su plenitud… y en todo su potencial…
Ya no somos aquellas que fuimos… y cada vez que miramos hacia atrás… cinco, diez… veinte años atrás… podemos haber mejorado o empeorado… pero ya no somos las mismas… somos infinitamente diferentes…
Tampoco somos lo que podríamos llegar a Ser… Podemos cultivar, nutrir… regar… aquellas partes que se desarrollarán dentro de nosotras… y dejar morir a otras que ya no nos sirven…
Si nos sintonizamos adecuadamente con nosotras mismas… tenemos la conciencia como para reconocer en nuestro interior aquello que nos gusta de nosotras… y lo que no nos gusta más… aquello que ya no queremos más...
Debemos formar un círculo de mujeres "sagradas"... se trata de eso justamente… cada meditación… cada aroma… cada sonido… cada sensación que todo esto te provoque… estarán llenos de señales y símbolos para encontrar y reconocer dentro tuyo las semillas y los brotes de esas potencialidades que pueden estar latiendo dormidas…. o haciendo erupciones como un volcán sin control… dentro de tu Ser… y que necesitan salir…
Son las semillas de las Diosas que los antiguos nos legaron como un mensaje para descifrar…
Es el mensaje de la Diosa… que llega a todos los rincones de nuestro infinito espacio interior… y que va a provocar en vos tantas preguntas que te llevarán a despertar tus cualidades “divinas”… para crear tu propia leyenda en este fantástico viaje a través de la vida…
Y como todo viaje que vale la pena… es un viaje que nos transforma hasta que llegamos a desconocernos…
El viaje de la vida no se valora por la duración en años… estamos vivas cuando estamos cambiando… cuando nos animamos a emprender un profundo trabajo de evolución… que se revela sanador… porque en cada descubrimiento de nuestras partes ocultas estamos sanando una parte negada de nosotras mismas…
Sólo se requiere recuperar la capacidad de asombro y las ganas de crecer… que tantas veces la supuesta “socialización” ha intentado asesinar en nosotras… y sumarle una apertura que nos permita albergar a todas esas Diosas que duermen en el Olimpo de nuestras Almas… peleándose… confabulándose… enamorándose… y, en definitiva, co-creando con nuestra conciencia el maravilloso y complejo entramado de quienes somos de verdad…
Lo demás… es cuestión de permitirnos jugar y aprender… mientras nos conocemos y nos transformamos en lo que llegaremos a SER…
Lili Bonet
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