segunda-feira, 7 de julho de 2014

¿QUE SON LOS MISTERIOS FEMENINOS?

 Serie sobre los Misterios Femeninos, parte II

Los Misterios Femeninos son el legado de la femineidad. Su naturaleza espeja lo que ocurre dentro y a través de la estructura femenina interior, una inmersión no-racional y directa en el movimiento continuo del universo. Algunos lo llaman el Caos, pero en lugar de desorden esta dinámica revela la verdad esencial. En las escuelas ocultas de desenvolvimiento interior, esta gama de experiencias es un requisito fundamental para iniciación en las prácticas avanzadas para ambos géneros, porque abre el camino para lo que existe más allá de la mente lineal y los sentidos físicos. Por eso los procesos se llaman misterios. Para los hombres son misteriosos, pero para la mujer su mecanismo indefinible es moneda corriente.
En la fórmula egipcia los misterios “menores” de Isis y de la Luna (lo femenino) abrían el camino para los misterios solares de Osiris (lo masculino) que enseñan la dirección y estructuración de las fuerzas de vida. Las dos fases deberán ser vividas y no meramente comprendidas. Cada una desarrolla una peculiaridad de género con el propósito de crear equilibrio y juntos evocar la construcción de un mundo mejor.
La humanidad ha pasado por muchos ciclos evolutivos en diferentes fases. En cuanto la humanidad desarrolla mayores dones y evoluciona colectivamente, cada era ha ofrecido una nueva comprensión de la verdad. Una primera, ahora mítica civilización, enseñó por medio de un ascetismo severo. Un segundo período se volcó en la dirección opuesta de un idealismo desprovisto de realidad. La tercera y mejor conocida para nosotros, la egipcia, encapsuló principios universales por medio de reglas y rituales, buscando compensar las insuficiencias de las dos primeras civilizaciones. Al hacerlo creó un sistema de casta, rigidez y alienación. En vez de permitir una apertura a la amplitud de energías multidimensionales, como por ejemplo con las pirámides, limitó el acceso a una cierta gama de frecuencias contenidas en la Cámara del Rey. La amplitud insondable del misterio es mucho más vasta.
En general, la enseñanza oculta ha permanecido en la etapa egipcia: especializada, limitada, y ejerciendo una forma de poder basado en dominación y control sobre otros y el ambiente. El ritualismo hermético que fue instrumental en codificar la transmisión del conocimiento se convirtió en norma. En lugar de experiencia, nuestro mundo ha apoyado sistema y técnica dirigidas a resultados pero vacías del contenido espiritual característico del Principio Femenino. Lo ilógico sin forma del misterio que vive la mujer se ha suprimido con la insistencia en la razón, el significado, propósito y forma. Esto ha servido para desvalorizar el conocimiento único de la mujer del universo, de ella misma, y ha afectado la sensibilidad de la raza entera.
Hoy tenemos normas y maestros masculinos que imponen sus métodos sobre mujeres entregadas. En el remoto pasado esto hubiera sido impensable. No es posible que la polaridad masculina viva, y mucho menos transmita misterios vivencialmente sin la sacerdotisa quien es, de hecho, el depósito de ese conocimiento, fuerza y transmisión. Aunque los hombres custodien las fórmulas, las guardianas de los misterios vivos siempre son mujeres.isis-unveiled
Los griegos iniciaron la próxima fase de desarrollo. Su forma de vida fue un eco de la segunda civilización, rescatando simplicidad y transmitiendo la ley cósmica de manera práctica. Sin embargo, no fue hasta la llegada del Cristo que el espíritu original de inspiración basada en el alma, característica del Humano Arcangélico original, regresó a la vida planetaria. “Amarse los unos a los otros” marca un retorno a una comprensión del Principio Femenino que se fundió con la antigua enseñanza de las religiones solares, creando un equilibrio entre el Cristus y Sofía, entre la familia y el misticismo. Por primera vez se transmitió el significado del karma individual, el elemento básico del desarrollo humano consciente.
María Magdalena, formada en la tradición de Isis e imbuida de la erudición griega, revisó los misterios de Isis para la posteridad, dirigiéndose a la mujer de hoy. Lo hizo de acuerdo a la nueva enseñanza planetaria que trajo Jesús por medio de su madre. Es hora de que veamos a la Magdalena como una encarnación del Camino Femenino, una Maestra, y no como una mera figura de apoyo secundaria. Y, es hora que dejemos de permitir que los hombres la definan y la interpreten para nosotros.
Debemos entender que los principios originales de “El Camino”, la base del cristianismo, eran intrínsecamente femeninos, basados en el poder del corazón como inteligencia superior, y la práctica de la transmutación derivada del poder del alma. Esto se estableció firmemente sobre la red planetaria por medio de la actividad conjunta de Jesús y Magdalena durante muchos años. Ella creó el campo: él invocó y dirigió las fuerzas.
Jesús nos aclaró que los misterios no pueden ser transmitidos solo por ritual o por medio de la información compartida. Su transmisión fue para “los que tienen ojos para ver y oídos para oír.” Simplificó la corriente de la enseñanza enfocando el contacto directo del corazón por medio de la sensibilidad humana. La base estaba anclada en un grupo sólido de mujeres liderado por Magdalena. Los proverbios sirvieron de inspiración, sugiriendo en vez de declarando la Verdad. La experiencia de la transformación ocurrió por medio de la presencia del pasaje femenino. Fue así como el Maestro del Mundo previó y preparó para el futuro, la llegada del Ciclo Femenino, y está muy lejos del dogma e intelectualismo que suplantaron la inteligencia sensitiva del mundo interno.
Los Misterios Femeninos hoy son las enseñanzas de la Magdalena. El camino se inicia con la experiencia individual y termina en el abrazo del colectivo, la totalidad de la humanidad. Sugiere un proceso de fluir dinámico que mimetiza las continuas transformaciones de la vida misma. Para las mujeres, esta enseñanza requiere la activación de la polaridad única femenina que realza la receptividad a lo que no tiene forma dentro del mundo de formas, reconoce la dinámica de la Creación dentro de ella misma, y comprende el poder de la Presencia, la obligación de transmitir éticamente en la construcción de mundos. Una mujer lo aprende todo entrando dentro de ella misma
Al entrar en la senda consciente de la femineidad, una mujer deberá primeramente poner de lado todas las creencias que tiene sobre ella misma y su función en la sociedad. Esto solo puede ocurrir dentro del campo energético de otras mujeres. Al hacerlo, ella se fusiona con infinitud de otras mujeres que la han precedido, vinculándose con la sabiduría de las edades y las posibilidades para el futuro, por medio de canales internos y directos.
Un segundo y difícil paso para la mujer que aspira a la iniciación en los misterios conscientemente, yace en aprender a estabilizar los tremendos poderes que surgen por medio de sus emociones y sensibilidad, por su mente peculiar, y sobre todo por su cuerpo, sin explotarlos o permitir ser explotada. Exige que ella conquiste sus mecanismos emocionales y físicos y sea capaz de resistir la tremenda presión del dominio masculino, como de su propia necesidad de servir y pertenecer.
Finalmente en este camino, la vida de cada mujer revela un propósito muy específico que, al descubrir su núcleo interior, la conecta de forma única con el colectivo. Implica discernir lo que es su propósito superior y reconocer que toda la Creación es su hijo. Su respuesta activa es enteramente de su elección.
El momento histórico en nuestro esquema evolutivo requiere una mayor elevación de “El Camino” por medio de la aceptación sin confrontación. Esto envuelve a ambos géneros en la construcción de nuevas formas: la influencia femenina fuerte de base, la actividad concienzuda masculina, aliada al espíritu del Principio Femenino.
La sanación ocurre por medio de la comprensión, el amor, y la compasión, no por ritual y el deseo de corregir o arreglar algo o alguien. Los Misterios Femeninos hoy marcan el tono para nuestro tiempo, como Isis lo hizo en su tiempo y Magdalena en el suyo. Las facultades desarrolladas por éstos representa equilibrio entre amor y miedo que conlleva a la armonía y a lo milagroso. Esto quiere decir un balance entre la afirmación y la negación, que no busca resultados específicos sino establece un clima de confianza y belleza.
Por último, pero no menos importante, el mundo hoy exige reconocimiento de las diferentes polaridades que componen el espíritu en encarnación física. Dicta que abracemos el Caos y las sombras de manera equilibrada, alcanzando la neutralidad sin negar la función de lo negativo. El llamado a librarnos del miedo y extender nuestras alas más allá del concepto simplísimo y superficial del bien y del mal es inminente, para que podamos elevarnos al reino de lo realmente universal una vez más.
Se requiere que la mujer incorpore la Verdad. A este respecto reconocemos que la divinidad interna es diferente del Dios externo y le rogamos a todos, empezando por nuestros hijos y los hombres que amamos, a encontrar su nivel de espiritualidad fuera de las sectas o las religiones. Este es el espíritu que nos lleva a una comprensión global y al perdón. Líderes espirituales del mundo que se unen para abrigar la esencia original de “El Camino”, como demostrado por el Papa, están abriendo el camino en este momento. Que seamos las mujeres que abrazan, apoyan y amplían ese espíritu!  ¡A trabajar! 

A seguir:  Las enseñanzas de Isis y Maria Magdalena

http://www.lamujerinterior.es/que-son-los-misterios-femeninos/

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